El colectivo de personas desempleadas mayores de 45 años,
además de sufrir la lacra del paro de larga duración, cobraran menos en su
jubilación, especialmente a las que se les agotan las prestaciones por
desempleo, las ayudas y los subsidios.
La penalización es primero por la jubilación anticipada
(actualmente y según los casos esta puede ser a los 61 o a los 63), se pierde
alrededor de un 20 % de la pensión, y la segunda por un cálculo hecho sobre una
parte de la vida laboral (los últimos 15 años) en la que pesan los años en
paro, con cotizaciones muy bajas o nulas.
Es necesaria una modificación del sistema de pensiones, para
que llegado el momento se cobre una jubilación que permita vivir dignamente,
después de haber pasado unos años en un paro obligatorio, precariedad e
inseguridad laboral.