El mercado laboral
español con más de cuatro millones de parados, es un drama en cuanto a
desempleo y precariedad laboral. Desde finales de los años setenta del siglo
pasado, la tasa de paro ha estado entre un cinco y un diez por ciento por
encima no sólo de la de los países europeos más desarrollados, sino también de
la de muchos países del tercer mundo.
Para el Profesor
Vicenç Navarro, una manera eficiente de estimular la economía, es aumentar del
gasto público en transferencias y en servicios públicos. Sobre los últimos se
refiere a servicios como sanidad, educación y servicios sociales, los servicios
de dependencia y las escuelas de infancia (aquí mal llamadas guarderías). En
España, la escasa sensibilidad hacia esta política expansiva, hace que el porcentaje
de la población que trabaja en tales servicios (9%) sea la más baja, en
comparación con el 15% que es el promedio de la UE-15, y un 25% en Suecia. Este
país salió de la recesión y de la crisis bancaria de principios de los años
noventa, a costa de incremento del gasto público en servicios. Aquí las medidas
de reducir el empleo público, y de restringir la expansión del gasto público
(no contribuyendo, por ejemplo, a la financiación de los servicios de
dependencia en la parte del gasto que le corresponde por ley –paga menos de la
tercera parte de lo que le corresponde-), van en contra de la creación de
empleo.
El profesor del IESE, Sandalio Gómez, propone aplicar las buenas prácticas europeas para reducir el paro en España, entre ella cita:
El profesor del IESE, Sandalio Gómez, propone aplicar las buenas prácticas europeas para reducir el paro en España, entre ella cita:
- Fondo de ahorro. En Austria, las empresas aportan cada mes a un fondo el 1,53% del salario bruto del empleado, como si fuera un salario diferido. El trabajador puede mantener ese fondo de ahorro aunque cambie de empleo, que el Estado incentiva como complemento a las pensiones públicas.
- Flexiseguridad. En Dinamarca tampoco existen las indemnizaciones por despido. En el caso danés, se ha optado por el modelo conocido como flexiseguridad que se basa en tres pilares: flexibilidad en la contratación y en la organización del trabajo, alta protección social para los desempleados y fomento de políticas muy activas de empleo y de reinserción laboral.
- El contrato a tiempo parcial. En Holanda el 50% de los contratos son a jornada parcial, lo que favorece aspectos como la conciliación familiar y laboral, la incorporación de la mujer al mercado laboral y el aumento de la productividad y la formación al desempleo.
- Alemania ha apostado por una serie de medidas enfocadas a reducir el desempleo, conformación intensiva para personas desempleadas y sanciones para quienes no se involucren en la búsqueda activa de trabajo. El Estado alemán, a su vez, ha impulsado planes para generar empleo: los minijobs y midijobs, ayudas a la transformación en autónomos, subvenciones a las contrataciones de mayores de 55 años y el empeño en la formación dual, en la que las empresas se implican en la formación y selección de los trabajadores más jóvenes.
Sandalio Gómez,
insiste en la necesidad de un cambio cultural en el sentido de que, “Las
indemnizaciones tienden a desaparecer en los países europeos, donde se
desarrollan auténticas políticas activas de empleo", se buscan suplementos
privados al sistema público de pensiones y hay un impulso verdadero de la
Formación.
Por otro lado el
Catedrático de la Universidad Ramón Llull, Santiago Niño Becerra, cree que aquí
flexibilizar el mercado de trabajo no hace que aumente la demanda de empleo.
Esto solo ha servido para precarizar el empleo y que salarios sean más bajos.
Otra idea para el
fomentar el empleo, es premiar a las empresas que lo crean (pagar menos
impuestos, etc.), y penalizar a las que no lo creen. También hay que
promover la creación de sociedades cooperativas, e implicar la participación de
los trabajadores en los aspectos positivos de una empresa (beneficios), de
manera que no solo se les pida sacrificios cuando hay pérdidas. Otra cuestión
imprescindible es la lucha contra el fraude fiscal y el empleo en “negro”.
Para reducir el
paro, es necesario estimular la economía. Cuando se tiene mayor poder
adquisitivo el gasto en bienes y servicios se incrementa, lo que hace necesario
producir más, y las cotas de empleo son más altas. Se ha demostrado, que las
políticas de austeridad y de recortes,
no sirven para reducir el paro, y menos para estimular la economía.
Aunque los últimos
datos son que el paro se reduce, hay mucha precariedad laboral. Según la
encuesta de condiciones de vida del Instituto Nacional de Estadística (INE),
publicada hace unos días, un 28,6% de los españoles está en riesgo de pobreza y
exclusión social, la renta media de los hogares se redujo un 0,2%. Por ello
además de aplicar políticas que generen empleo de manera activa, hay que pensar
en una Renta Básica, ya que a falta de empleo, o bien si este es muy precario,
las personas deben contar con lo necesario para una vida digna con capacidad
adquisitiva, para estimular la economía.
Hay que tener en
cuenta también, que el mercado laboral ha cambiado, se acaba el trabajo para
“toda la vida”, mucho del trabajo va a ser “freelance”, también las jornadas
laborales se reducen, etc.
Para el gobierno que
gane las elecciones del 26J, el principal reto debería ser dar soluciones al
problema, reducir el paro es vital para reactivar la economía. Las políticas de
empleo deben tener en cuenta a los grupos más vulnerables ((empleo juvenil, y
paro de larga duración (donde están las personas mayores de 45 años)), es
necesario tener en cuenta la situación de cada colectivo. El paro no solo es
por causas estrictamente económicas: la mayor parte del paro es estructural, es
decir, es consecuencia de leyes que lo han provocado, de instituciones que lo
han impulsado, de malas prácticas que lo mantienen y por un sistema educativo que lo
empeora. Para evitar quedar descolgada del primer mundo, España necesita hacer
reformas profundas, tanto en el mercado de trabajo y las leyes que lo regulan,
y en el sistema educativo.
Nos gustaría mucho
que las futuras políticas mejorasen los datos de paro, y con empleo digno, pero
no parece que esto vaya a ser fácil
Maria Hilda Lopez Perez
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