España tristemente destaca por ser uno de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) en los
que los salarios reales bajan, en particular por la mala calidad de los
nuevos empleos creados tras la crisis, lo que redunda en que sea el
segundo por la cola, tras Grecia, con mayor porcentaje de pobres en edad
de trabajar.
Un
15,9 % de las personas en edad de trabajar en España tiene unos ingresos
inferiores al 50 % de la media del país, muy cerca del 16 % de Grecia,
señala la (OCDE) en su informe anual de perspectivas del empleo.
La
explicación es que muchas personas se quedaron sin empleo tras el
estallido de la crisis en 2007 y permanecieron en paro durante mucho
tiempo, dependientes de los subsidios que al cabo del tiempo se agotaban
para muchos.
La presión para encontrar alguno de los
pocos puestos de trabajo disponibles les ha llevado a aceptar lo que
había, que en muchos casos son empleos a tiempo parcial o peor
remunerados.
Eso se traduce, por ejemplo, en que los
salarios reales disminuyeron en España un 0,4 % entre el último
trimestre de 2016 y el último de 2017, mientras que en la OCDE como
conjunto subió un 0,6 %.
Si en la mayor parte de los
indicadores de empleo España aparece en la cola del mundo desarrollado,
no ocurre lo mismo con la brecha salarial entre hombres y mujeres, que
en España es del 34 %, 4,5 puntos inferior al del conjunto de la OCDE,
ni tampoco en el nivel de ingresos, donde está prácticamente en la
media.
Fuente: ElDiario.es
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